martes, 7 de septiembre de 2010

LOS NIÑOS DESDE LOS DOS AÑOS


Acerca de Jean Piaget y su “ego – centrismo”
Claudia Cristina Ramírez Ramírez. Universidad IVES: “Instituto Veracruzano de Educación Superior”. Xalapa, Veracrúz, México.

Foto del Colegio "Infanta de María" de Portugal.

En el presente ensayo voy a tratar de explicar sobre el libro de “Seis estudios de la psicología” del Psicólogo francés Jean Piaget, abarcando el tema del desarrollo mental de niño, el cual comienza desde el nacimiento hasta la edad adulta, y con el cual se busca mantener un estado de equilibrio tratando de alcanzar un estado de equilibrio superior. Las “necesidades” son un buen motivo para que ocurra un desequilibrio, pero creo que, de cierta forma, si satisfacemos nuestras necesidades, podemos alcanzar un equilibrio adecuado. Un ejemplo sería que si el niño quiere comer cuando es recién nacido, llora, hasta que su mamá le da de comer, y él se tranquiliza y así no existe perturbación considerable del equilibrio.
Aquí entra una de las etapas de la adaptación que es la primera infancia de los dos a los siete años, pues creo que aquí se da como elemento importante el conocimiento, porque en el niño aparece el lenguaje, el cual modifica la conducta porque se conforma de elementos que provienen de la socialización, el pensamiento centrado en sí mismo y la constante intuición.
El lenguaje es lo que le permite la comunicación con personas mayores, por repetición o imitación, y su mejor modelo para esto son los padres. Él empieza a enfrentarse a un nuevo mundo y a descubrir nuevas cosas, sin embargo hay que tener presente que en esta etapa de los dos a los siete años, está adquiriendo conocimiento tal como ocurre por el hecho de comer por sí mismo, lo cual es algo nuevo para ellos. Si convives con niños de 2 a 4 años, muchas veces te desesperas por que luego no sabes cómo contestarles a tantas preguntas, aunque sería bueno hablarles siempre con la verdad y no cambiarles las respuestas por pena o por otras razones, porque solamente lo que consigues es confundirlo y así no adquiere conocimiento necesario para su desarrollo. También cuenta la forma como te expresas, porque en esta etapa es cuando empiezan con la práctica del lenguaje en el sentido imitativo, lo cual causa que todo lo que el adulto diga o haga, el niño tiene la tendencia a registrarlo y repetirlo, de forma tal y como vio o escuchó.
La conducta de los niños a esa edad se da en función de la interacción de palabras y con el transcurso del tiempo este hábito va modificando su propio pensamiento. Esto trae consigo una serie de trasformaciones paralelas: como el desarrollo de los sentimientos interindividuales, tales como simpatías y antipatías, respeto, etc.
Con la aparición del lenguaje, el niño se tiene que enfrentar a nuevas circunstancias, no sólo al universo físico si no también a mundos nuevos como el mundo social y el mundo de las representaciones interiores.
No hay que olvidar que aquí, en esta edad, es cuando el niño empieza a tomar una actitud egocéntrica, para la cual la incorporación de las cosas a la actividad propia es más importante que el acoplamiento, y que solo poco a poco va consiguiendo situarse en un universo objetivado, pues el egocentrismo se vuelve ego centrista, porque en esta etapa todavía no tiene la edad para entender el mundo como lo ven los adultos; a él solo le interesa llamar la atención de los mayores y ser el centro de atención para quienes le rodean, sin importarle nada, tal vez porque él no tenga la suficiente comprensión para entender lo que está mal y lo que está bien. Lo egocéntrico es la actitud que se debería cambiar paulatinamente, porque creo que pensar en ti mismo… pues como que no. En la etapa infantil, digamos, es aceptable porque los niños no tienen conocimiento suficiente de la situación o no quieren tenerlo, empezando porque ni siquiera saben el significado de las palabras; pero en fin, así es hoy en día y pues por más que se quiera cambiar a los adultos egocéntricos, difícilmente se logrará. Si no se hizo antes, ahora es tarde ya.
Ante un juguete, por ejemplo, los niños sólo quieren tenerlo, sin importarles nada más: sólo piensan en tenerlo satisfaciendo su necesidad y sin interrumpir su equilibrio. Pero si no se le compra aunque se le explique el por qué, él no lo entiende y utiliza la estrategia de la rabieta interrumpiendo brevemente el equilibrio de la relación con el padre.
Por otra parte, la espontaneidad es algo natural que existe en los niños porque son a esa edad muy inocentes y su forma de comportarse o su actitud es casi siempre espontánea, natural, aunque creo que ya cuando son adultos se ha perdido gradualmente, porque hoy en día la espontaneidad es vista como arriesgada; ya todos actuamos según lo que quiere ver la sociedad, que dicta que no siempre se debería ser espontáneo. Ser tú mismo al cien por cierto o ser simplemente natural como lo son los niños, es visto como algo indebido en la sociedad actual.
Claudia Cristina Ramírez Ramírez
Psicología

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